Pueden existir errores que conduzcan a una crisis fuera de control en redes sociales, pero así como una chispa puede convertirse en un incendio, una gota puede convertirse en un océano. Esa característica del mundo digital siempre tiene que estar del lado del candidato.
Pasada la efervescencia electoral por la contienda presidencial de Estados Unidos, en donde Donald J. Trump resultó el ganador, es conveniente hablar sobre la manera en la que el marketing digital puede contribuir a ganar una elección, perderla, y algunas buenas prácticas en este ámbito.
A manera de introducción, cabe mencionar que la primera gran campaña de marketing digital político fue la utilizada por Barack Obama en el 2008. Además de la plataforma política del entonces candidato demócrata, su simpatía y presencia fue un factor muy importante para que los votantes le favorecieran con su preferencia. Dicha simpatía no se hubiera logrado sin la exitosa campaña digital que consistió en redes sociales, páginas web verticales, contenido en blogs de todo tipo de temas, encuestas online, campaña de medios digitales, influencers, entre otras cosas.
Con la penetración del Internet y de las redes sociales, ocho años después, puede no parecernos gran cosa, sin embargo, lo fue. Ahora hay cosas que permanecen en este tipo de marketing y otras que han ido evolucionando. Entonces, ¿qué hacer?
Lo primero es mantener el foco en dos aspectos: el candidato y el partido político que lo respalda. Esto tiene que hacerse a base de una presencia fuerte, bien pensada y planificada, con contenidos de calidad que generen engagement para posteriormente interactuar con los usuarios.
Lo anterior tiene que hacerse en diversos tipos de canales, de plataformas, de formatos, de lenguajes y de perfiles, tan variados como lo son los votantes. De esta manera la campaña abarcará desde un institucional sitio web, hasta videos de 6 segundos para Vine o contenido para Snapchat, pasando por publicidad en medios digitales y publicaciones en Facebook y Twitter, por mencionar sólo unos ejemplos.
Lo segundo y no menos importante, es el seguimiento y el feedback del Internet. Es de vital importancia escuchar y saber leer lo que pasa en el mundo virtual, específicamente todo lo relativo al candidato, al partido, al slogan y a la elección en general. Con esta información, se pueden crear campañas mucho más efectivas; modificar y arreglar las ya existentes para que el mensaje llegue de la mejor manera posible a los votantes.
Si un partido no lograr escuchar o no logra hablarle a la parte de votantes que está presente en el mundo digital, puede cometer graves equivocaciones en su campaña, lo cual lo acercaría más a perder la elección que a ganarla.
Por otro lado, hay que asegurarse de que las campañas digitales no sean solamente exitosas, sino que sean lo suficientemente sólidas para que se trasladen a las urnas, pues si bien el electorado joven es más propenso a utilizar medios digitales, es también reacio a salir y, efectivamente, hacer válido su voto, justo como se ha comprobado en varias elecciones alrededor del mundo en este año.