SEO por aquí, SEO por allá, SEO por todos lados… eso es lo que vemos ahorita en la red, o por lo menos, eso dice que hacen los “gurús” del SEO. Pero, ¿realmente están actualizados con los parámetros del posicionamiento web?
Recordemos que se trata de algoritmos… algoritmos que no dejan de actualizarse conforme surgen nuevas demandas en los usuarios. Así que es muy probable que todo aquel que predica que está haciendo SEO, realmente no está poniendo en práctica las últimas innovaciones que rodean a esta industria.
De hecho, ¿Has escuchado sobre el SEO semántico? Una filosofía que va mucho más allá de la incorporación de frases claves. Esta variante del posicionamiento web vio su nacimiento cuando Google lanzó el novedoso algoritmo Hummingbird, volviéndose un gran hito que cambió la forma de hacer SEO.
Quizás no sepas de lo que hablo, así que vamos a profundizar en este importante tema. ¡Comencemos el recorrido!
¿Qué es el SEO semántico?
Pocos lo conocen y, por ende, pocos lo aplican. El SEO semántico se enfoca no solo a replicar una frase clave, sino a utilizar sinónimos que permitan definir la intencionalidad del contenido y, por tanto, se adapten mejor a las intenciones de búsqueda de los internautas. Dicho en otras palabras, su propósito es optimizar la precisión de búsqueda para brindar resultados más relevantes para el usuario.
De modo que el SEO semántico funciona por medio de una serie de acciones que buscan comprender la intención de quién busca, y el significado contextual de los términos que emergen en el espacio de datos de búsqueda, bien sea en la web o no, a fin de generar resultados más concretos.
Así que sí, esta variante de SEO tiene como propósito no solo hallar las palabras claves, sino determinar el objetivo que busca alcanzar el usuario al ingresar a la web en busca de una información en específico. El quién (usuario) y el qué (intención de búsqueda) pasa a tomar más importancia que las tradicionales keywords.
Nació por el algoritmo Hummingbird, de Google…
Tradicionalmente, Google solo entendía las frases claves y sus sinónimos, y tras cada búsqueda hecha por el buscador, el motor “leía” los términos claves y los buscaba en sus índices vinculados con cada keyword, ofreciendo resultados de acuerdo al orden determinado de sus algoritmos. Es decir, Google no entendía el porqué de la búsqueda, su único propósito era arrojar información relacionada. Por eso, las palabras claves reinaban como único condicionante SEO.
Sin embargo, en el año 2013, Google lanzó un nuevo algoritmo: Hummingbird o Colibrí, y desde entonces se comenzó a hablar sobre el SEO semántico, web semántica, búsquedas semánticas, y demás términos a fines.
Y es que este nuevo algoritmo llegó para cambiar el modo en que se interpretaba y daba significado a las palabras de búsqueda. Pasando a considerarse como un SEO más preciso donde el contexto de las palabras buscaba ofrecer una información más pertinente en función de las búsquedas de los usuarios.
De esta manera, el gran buscador comenzó a cambiar poco a poco su forma de interpretar la información, destacando la naturalidad como principal condicionante de las búsquedas. Empezó a analizar la posición de los términos claves y la relación que los propios términos tenían entre sí, creando entidades (persona, lugar, objetivo…) abismales. Y así fue como Google pasó de ser un motor de búsqueda a uno de respuestas humanas, devolviendo información más útil y valiosa para el usuario.
Impactos del SEO semántico
Uno de los principales cambios que comenzó a vislumbrar el SEO semántico fue la acentuación de las Rich Cards, y el Knowledge Graph, ocasionando que se pueda hallar directamente la respuesta en la página de búsqueda, sin necesidad de hacer clic en resultados orgánicos.
El proceso de búsqueda ahora es más predictivo, conversacional y personalizado gracias a la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en la lingüística, cubriendo las necesidades de información de los usuarios a través de la interpretación semántica.
Principios básicos del SEO semántico
A ver, recordemos que la semántica es la rama de la lingüística que se encarga del estudio del significado en dos sectores: en primer lugar, el significado de las palabras (semántica del léxico) y, en segundo lugar, el significado de cómo los términos se unifican para dar significado a la frase.
En palabras más sencillas, la semántica se basa en el significado de las palabras y de las relaciones entre estas. ¡No hay pérdida en esta definición! Una vez comprendas el significado de semántica, te será más fácil comenzar a adoptar los principios del SEO semántico para agradarle al algoritmo de SEO.
De modo que si deseas conseguir un buen posicionamiento en los buscadores por medio del contenido de tus textos, debes escribir para personas, no para buscadores. Para ello, la intención de búsqueda debe primar sobre las keywords, aunque estas últimas no dejan de ser importantes, ojo.
Además, para crear contenidos en función de los parámetros SEO es necesario:
- Estudiar el comportamiento de los usuarios ante una búsqueda.
- Hallar patrones de búsqueda.
- Jerarquizar el contenido en función de estos patrones, comprendiendo la intención de búsqueda.
Vuelvo a recalcarlo, en este nuevo entorno del SEO semántico, las palabras claves continúan siendo sumamente importantes, pero ya no son suficiente para figurar entre el ranking de los buscadores, debes ir más allá.
A simple vista, el SEO semántico es un poco complejo de entender y aplicar. Por lo que te recomiendo contactar a una agencia de marketing que te ayude a dar los primeros pasos en este nuevo panorama de las búsquedas semánticas.